Desde pequeños, nuestros padres y madres nos han inculcado lo importante que es comer fruta y verdura para mantener una dieta sana y equilibrada para crecer lo más fuertes posibles.

Pero lo que quizá no sabemos es que la fruta, a pesar de sus múltiples virtudes, actúa en mayor en medida en función a la hora y del momento del día en el que nosotros decidamos incluirla en nuestra dieta.

Durante las primeras horas de la mañana, es decir, en el desayuno y el almuerzo, es cuando más se aconseja hacer la primera ingesta de fruta, así los hidratos de carbono nos ayudan a afrontar la mañana con más fuerza y energía. Otro aspecto a tener en cuenta es comer fruta en ayudas, de este modo eliminamos toxinas y nos hidratamos.

Lo primero, desmentir que comer fruta después de comer no engorda, aunque es preferible, en el caso de estar a dieta, comerla antes de comer porque de este modo la fibra calma el hambre.

Por último, la cena. En este caso sí que es recomendable tomar fruta en menor cuantía a causa de la ralentización del metabolismo, llevando a una posible mala digestión de la fructosa, e incluso la acumulación de grasa.

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